sábado, 29 de febrero de 2020

Isaiah Berlin



Tras un parto difícil que le dejó, de por vida, casi inútil el brazo izquierdo, Isaiah Berlin nació, el 6 de junio de 1909 en Riga, a la sazón, perteneciente al Imperio Ruso, y actualmente capital de Letonia. Su familia era de origen judío y su lengua habitual era el ruso.
Su padre, Mendel Berlin, era un próspero comerciante de maderas de los bosques bálticos que suministraba traviesas para los ferrocarriles rusos, descendiente de Shneur Zalman, fundador éste de la organización judía jasídica Jabad-Lubavitch. Mendel hablaba, además de ruso y yiddish, alemán, francés e inglés. Su madre, de soltera Marie Volshonok, se interesaba con entusiasmo por las artes. Ambos progenitores se esforzaban en trasladar ese interés por la cultura a su único hijo, que permaneció fiel a la música y en particular a la ópera a lo largo de su vida.

Si bien los empresarios, como Mendel Berlin, no sufrían todas las restricciones que el Imperio Zarista imponía a los judíos, éstos no podían acceder a la propiedad de la tierra ni matricularse en el Gymnasium o en la Universidad.

En 1915 el ejército alemán sitió Riga y la familia Berlin se trasladó a Andreapol, una pequeña villa maderera donde la familia Berlin también tenía negocios, a unos 350 km al noroeste de Moscú. Dos años después a Petrograd (hoy San Petersburgo). Inicialmente residieron en la Isla Vasilevsky y después en la Avenida Angliiskii, en un edificio donde también vivían la hija de Rimsky-Korsakov y la Princesa Emeretinsky. 

Con el advenimiento de la Revolución de Octubre en 1917, las fortunas de los vecinos del edificio desaparecieron y la hija de Rimsky-Korsakov y la Princesa Emeritinsky se las encargó de mantener encendidas las estufas de todas las viviendas y barrer los jardines. El niño Isaiah fue testigo de las Revoluciones Social-Demócrata y Bolchevique desde su ventana y cuando paseaba por las calles con su niñera. Guardó en su memoria la marcha de las multitudes hacia el Palacio de Invierno y muy especialmente cómo pateaban y arrastraban por las calles a un policía fiel al Zar. Esa imagen le convirtió en un convencido anticomunista. 

Considerados burgueses por los bolcheviques, y tras una negociación con ellos, el 5 de octubre de 1920 permitieron a la familia Berlin regresar a Riga como ciudadanos letones.  Sin embargo, la actitud antisemita de las autoridades letonas, convencieron a los Berlin de que debían abandonar su país. En enero de 1921 emigró Mendel, y Marie e Isaiah a principios de febrero, al Reino Unido. donde Mendel tenía amigos y relaciones de negocios. Fijaron su residencia en Surbiton, barrio del municipio londinense de Kingston-upon-Thames. 

El joven Isaiah asistió a la escuela privada Arundel House como preparación para su inmersión en la cultura inglesa. La familia Berlin compró primero una casa en Kensington, donde residieron seis años, antes de mudarse a Hampstead. 

Isaiah Berlin fue educado en la St. Paul’s School de Londres, destacando en los debates escolares de Junior Debating Society y School Union Society, al hacer referencias a autores que la mayoría desconocían. A los 12 años Berlín dominaba el ruso y el inglés, hablaba francés, alemán e italiano y sabía hebreo, latín y griego antiguo. Afortunadamente la modestia y buenos modales de Isaiah Berlin anularon la hostilidad y celos de sus compañeros. 
En 1928, cuando terminó su formación en St Paul's, Berlin solicitó entrar en Balliol College de la Universidad de Oxford, pero no fue admitido tras una entrevista caótica. Presentó entonces una solicitud al Corpus Christi College, también de Oxford, donde sí lo admitieron para cursar Literae Humaniores (Lenguas clásicas, Historia antigua y Filosofía), que completó en 1932  con un grado cum laude. Se matriculó a continuación en Filosofía, Políticas y Económicas, que completaría en un solo año, recibiendo además el Premio John Locke de Filosofía. 
En este mismo año, Richard Crossman, decano del New College, le proporcionó su primer trabajo como lecturer (conferenciante) de Filosofía. Poco después, a pesar de ser extranjero y judío no converso, le fue concedida una beca para optar al puesto de profesor y miembro de gobierno por siete años en el All Souls College, el lugar más privilegiado de la excepcional Universidad de Oxford. En 1938 se incorporó al claustro de All Souls College. Era el primer judío en acceder a tan prestigioso colectivo. Fue un hecho tan excepcional que de inmediato se le abrieron las mejores puertas de la sociedad anglo-judía (Rothschild, Sieff...) y otras muchas de la rancia clase alta británica. Al mismo tiempo que Berlin quedaba fascinado por el lujo, el poder y la influencia, visitaba en Palestina la Tierra Prometida y quedaba embargado por el conflicto bélico entre judíos, árabes, ingleses. El proceso de creación del Estado de Israel, su relación con Weizmann y, en definitiva, la identidad judía fue algo que mantuvo tenso a Berlin hasta su muerte. Su modo de ser, mezcla de judío, inglés y ruso, le preocupó siempre. De los pensadores rusos, Herzen y Turgénev sobre todo, tomó la fascinación por las ideas y el sentido moral del intelectual. De los ingleses provenía su empirismo y del judaísmo la necesidad de pertenencia.

A lo largo de la década de los años treinta, Isaiah Berlin se dedicó intensamente al fomento de la Filosofía en Oxford, invitando a J. L. Austin, A. J. Ayer y Stuart Hampshire, entre otros, a debatir sus puntos de vista en su propio apartamento. Pronto evidenció su interés por los planteamientos que tomasen en consideración los aspectos históricos y sociales. Y de ahí su brillante estudio biográfico de Karl Marx, que en 1939 se publicó bajo el título Karl Marx: his life and environment (“Karl Marx: Su vida y su entorno”), que ha sido reeditado durante más de 75 años. En 1940, Berlin realizó una presentación filosófica en una reunión en la Universidad de Cambridge a la que asistía Ludwig Wittgenstein, quien rechazó el argumento central de Berlin, pero lo alabó por su honestidad e integridad intelectuales.

A principios de la Segunda Guerra Mundial, Isaiah Berlin seguía ejerciendo la docencia, hasta que en 1941, el Ministerio británico de Información lo envió a Nueva York. Hasta este momento, Berlin estaba excluido de participar en temas bélicos del Reino Unido por haber nacido en Letonia y por su discapacidad en el brazo izquierdo. 

En 1942 fue transferido al Foreign Office (Ministerio de Asuntos Exteriores) con destino en la Embajada en Washington, al frente de un equipo que informaba semanalmente sobre el cambio del talante político en los Estados Unidos. Winston Churchill tuvo conocimiento de esos informes y se decía que era su lectura preferida. Una selección de los Washington despatches 1941-1945 se publicó en 1981.

En 1946, y durante la ceremonia de Honores Anuales, Isaiah Berlin fue nombrado Caballero de la Orden del Imperio Británico.

Alcanzado el armisticio, Isaiah Berlin visitó la Unión Soviética, donde conoció a Boris Pasternak y a Anna Ajmátova, lo que le confirmó su oposición al Comunismo y permitió formar su futura agenda intelectual. Este encuentro quedó reflejado en unos memorables ensayos dentro de su libro titulado Personal Impressions. Y también en algunos poemas de Ajmátova en los que se muestra convencida de que la reacción de Stalin a ese encuentro condujo a la Guerra Fría, iniciada un año después. 

De regreso a Oxford, decidió orientarse más que a la Filosofía a la Historia de las Ideas, y en particular a la historia intelectual rusa, a la historia de las teorías marxistas y socialistas así como a la Ilustración y sus críticas. Escribió artículos, muy bien recibidos, sobre las tendencias contemporáneas políticas y culturales, la ideología política y los manejos internos de la Unión Soviética. 

En 1953 publicó The Hedgehog and the Fox (“El erizo y la zorra”), un largo ensayo sobre el enfoque de la historia según Tolstói. 

En 1956 Isaiah Berlin contrajo matrimonio con Aline Halban, hija del banquero Pierre de Gunzbourg, perteneciente a una familia judía de la alta sociedad francesa, principal accionista del Hotel Ritz. Aline era una conocida golfista antes de la Segunda Guerra Mundial tanto en Francia como en el Reino Unido. En 1934 Aline se casó con André Strauss, hijo de un banquero y coleccionista de pintura impresionista. Tuvieron un hijo, Michael, y en 1939 André Strauss falleció de cáncer. Cuando al año siguiente, los nazis invadieron Francia, Aline escapó en su Bentley hasta Biarritz para no consiguió el visado para cruzar a España. Finalmente logró instalarse en Estados Unidos y en 1943 se casó con el físico nuclear Hans Halban, con quien tuvo dos hijos. Divorciada de Halban, Aline se casó en terceras nupcias en 1956 con Isaiah Berlin, quien a partir de ese momento se dedicó con toda devoción a su familia con los tres hijos que ella aportaba. 

En 1957 Harold Macmillan concede a Isaiah Berlin el título de Sir y en 1971 miembro de la Orden del Mérito del Reino Unido. 

También en 1957, fue elegido para  dirigir la cátedra Chichele de Teoría Política y Social en el All Souls College. Su discurso inaugural Two Concepts of Liberty (“Dos conceptos de libertad”) es su trabajo más conocido y con mayor influencia, en el que con gran pasión y sutileza defiende la libertad "negativa", la libertad de ser obstruido por otros, la libertad de seguir las propias elecciones, y muestra cuán fácilmente la libertad "positiva", la libertad (deseable) de dominio propio, se pervierte en la "libertad" para lograr la "autorrealización" de acuerdo con los criterios establecidos y, a menudo, impuestos a la fuerza por los árbitros autonombrados de los verdaderos fines de la vida humana.

Su relato ha seguido siendo un punto de referencia indispensable para el pensamiento sobre la libertad desde entonces, e impregna toda discusión informada sobre el tema; sin embargo, quizás en parte debido a la naturaleza no afirmativa y deliberadamente no sistemática de sus ideas, y su rechazo a las panaceas de cualquier tipo, no consiguió (para su alivio) discípulos ni fundar una escuela de pensamiento.

En 1959, Isaiah Berlin fue elegido miembro extranjero honorario de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias. También fue miembro del Consejo Constituyente del Instituto Estadounidense Rothermere en la Universidad de Oxford.

Berlin fue uno de los primeros en la generación de filósofos de Oxford que hizo visitas regulares a las universidades estadounidenses extendiendo la conocida como ‘filosofía de Oxford’. De 1966 hasta 1971 fue profesor visitante de Humanidades en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, aunque su dicción tan acelerada hacía difícil que los alumnos estadounidenses entendieran a aquel profesor vestido con su eterno traje oscuro -siempre con chaleco.

En 1967 Berlin renunció a su cátedra, un año después de haber fundado, con la generosidad de las Fundaciones Wolfson y Ford, el Wolfson College de Oxford, cuya presidencia ocupó.  El Wolfson College se diferenciaba de la mayoría de los Colleges por su fuerte igualitarismo y ética democrática. 

De 1974 a a 1978 Isaiah Berlin fue el Presidente de la Academia Británica. 

Berlin recibió los Premios Agnelli, Erasmus y Lippincott por su trabajo sobre la historia de las ideas, y el Premio Jerusalén por la defensa de las libertades a lo largo de toda su vida. En 1994 la Universidad de Toronto le otorgó el doctorado honorario en Derecho.

Isaiah Berlin falleció el 5 de noviembre de 1997, a la edad de 88 años. Sus restos reposan en el Cementerio ecuménico de la parroquia de Wolvercote en Oxford.

En su obituario, The Independent escribió: Era un hombre de una fuerza intelectual formidable dotado de un raro don para entender una amplia gama de motivos, esperanzas y temores humanos. Gozaba de una enérgica capacidad prodigiosa para disfrutar de la vida, de la gente en todas sus variedades de ideas e idiosincrasias, de la música y del arte en general.

Y The New York Times en su página principal lo describía con estas palabras: Su vida exuberante estaba rodeada de alegrías: la alegría del pensamiento, la alegría de la música, la alegría de buenos amigos. El hilo conductor de su obra es su compromiso con la libertad y la dignidad de los seres humanos. Sir Isaiah irradiaba bienestar.

El legado de Isaiah Berlin comprende obras de estilo y penetración inconfundibles sobre cuatro tópicos: liberalismo, pluralismo, el pensamiento ruso del siglo XIX y los orígenes y evolución del romanticismo. Sus obras sobre la Teoría liberal y el Pluralismo de valores, añadidos a su oposición al marxismo y comunismo, han dejado huella duradera.

  • Karl Marx: Su vida y su entorno (1939)
  • El erizo y la zorra: un ensayo sobre el enfoque de la historia de Tolstói (1953)
  • Historical Inevitability (1954)
  • Dos conceptos de libertad (1958)
  • Four essays on liberty (“Cuatro ensayos sobre la libertad”) (1969)
  • From the Other Shore and The Russian People and Socialism (1956)
  • The Age of Enlightenment: The Eighteenth-Century Philosophers (1956)
  • European Unity and its Vicisitudes (1959)
  • John Stuart Mill and the Ends of Life (1959)
  • The Life and Opinions of Moses Hess (1959)
  • Vico and Herder (“Vico y Herder: dos estudios de historia de las ideas”) (1976)
  • Contra la corriente: ensayos sobre historia de las ideas (1979)
  • Impresiones personales (1980)
  • The Proper Study of Mankind (El fuste torcido de la humanidad: capítulos de la historia de las ideas“) (1990)
  • El mago del norte: J. G. Hamann y el origen del irracionalismo moderno (1993)
  • El sentido de la realidad (1996).
  • Las raíces del romanticismo (2000) 
  • La traición de la libertad. seis enemigos de la libertad humana (2004).
  • El poder de las ideas (2017)
  • Lo singular y lo plural. Conversaciones con Steven Lukes (2018) 
  • Sobre el nacionalismo (2019)
MAG/29.02.2020


domingo, 2 de febrero de 2020

Hannah Arendt






Hannah Arendt nació el 14 de octubre de 1906 en Hannover en el seno de una familia judía asimilada. Sus antepasados provenían de Königsberg (la actual ciudad rusa de Kaliningrado), a donde regresaron sus padres, Paul Arendt, un ingeniero enfermo de sífilis, que falleció cuando Hannah tenía 7 años, y Martha Cohn, que la describió como una niña luminosa y alegre, cuyo carácter cambió a raíz del fallecimiento en el mismo año de su padre y de su abuelo, presidente de la comunidad judía liberal y concejal en Königsberg, a quien estaba muy unida. Otro contrariedad, pasado cierto tiempo, fue el nuevo matrimonio de su madre. Hannah fue educada de forma liberal por su madre, de ideología socialdemócrata. Conoció el judaísmo reformista, a través de sus abuelos.

De una inteligencia precoz, a los catorce años ya había leído la ‘Crítica de la razón pura’ de Immanuel Kant y la ‘Psicología de las concepciones del mundo’ de Karl Jaspers. El estudio del griego le apasionó también. En 1923 tuvo que abandonar la escuela por problemas disciplinarios, dirigiéndose entonces sola a Berlín, donde, sin haber acabado la escolaridad, tomó clases de teología cristiana y estudió por primera vez la obra de Søren Kierkegaard. 

De vuelta a Königsberg en 1924, se presentó por libre y aprobó el examen de acceso a la universidad (Abitur). Se matriculó en la universidad de Marburgo (Hesse) y durante un año asistió a las clases de Filosofía de Martin Heidegger y de Nicolai Hartmann, así como a las de teología protestante de Rudolf Bultmann. 

Desde esta época de juventud, quien ejerció mayor influencia filosófica sobre Arendt fue Heidegger, cuya obra ‘Ser y tiempo’, dejó una huella profunda en su pensamiento, especialmente en su libro más conocido: ‘La condición humana’. Heidegger, de 35 años, y Arendt, estudiante diecisiete años más joven que él, se enamoraron, aunque tuvieron que mantener en secreto la relación por las apariencias. Heidegger era católico, estaba casado, tenía dos hijos y, sobre todo, una reputación social que no estaba dispuesto a echar por la borda. Mantuvieron la relación sentimental con altibajos, pero la intelectual se mantuvo siempre. A comienzos de 1926 Hannah Arendt no aguantó más la situación y decidió cambiarse de universidad, trasladándose durante un semestre a la universidad Albert Ludwig en Friburgo, para estudiar con Edmund Husserl. Conoce personalmente a Jaspers, con quien mantuvo un intercambio intelectual durante toda su vida A continuación estudió Filosofía en la universidad de Heidelberg (Baden-Wurtemberg) y se doctoró en 1928 bajo la tutoría de Karl Jaspers, con la tesis ‘El concepto del amor en san Agustín’.

En Berlín se encontró en 1929 con el filósofo Günther Stern (que se llamaría más tarde Günther Anders), a quien ya había conocido en Marburgo. Poco más tarde se mudó a vivir con él, algo que estaba mal visto por la sociedad de la época, y ese mismo año se casaron, aunque Hannah y su marido tenían intereses distintos y frecuentaban círculos de amigos separados: él, más integrado en el ambiente comunista, tenía amistad con Bertolt Brecht; ella, cada vez más cerca del sionismo y de otras personalidades judías. 

Hannah Arendt obtuvo una beca de la Notgemeinschaft der Deutschen Wissenschaft (Asociación de ayuda para la ciencia alemana), tras informes positivos de Jaspers, Heidegger y Martin Dibelius. Hannah Arendt se encontraba de camino a una carrera académica normal, con cátedra en la universidad. El nazismo destruyó esos planes.

En 1932 Arendt ya pensaba huir del régimen nazi, pero se quedó en Alemania cuando su marido emigró a París en marzo de 1933 para comenzar su actividad política. Por recomendación de Kurt Blumenfeld, trabajó para una organización sionista, estudiando la persecución de los judíos, que estaba en sus comienzos. Su casa sirvió de estación de tránsito para refugiados. En julio de 1933 fue detenida durante ocho días por la Gestapo.

Pasando por Checoslovaquia, escapó a Ginebra, donde trabajó unos meses para las Naciones Unidas. Finalmente decidió trasladarse a París, donde se encontró de nuevo con su marido Günther Anders. Volvió a trabajar para una organización sionista, ayudando a jóvenes judíos a huir hacia Palestina. En 1937 el matrimonio fracasó y se divorciaron.

Ella ya había conocido en 1936 a Heinrich Blücher, un ex comunista, que se había opuesto muy pronto a la política de Stalin. En París ambos pertenecían al mismo círculo de refugiados alemanes, junto con Walter Benjamin.

En 1937 se le retiró la nacionalidad alemana. En 1939 consiguió poner a salvo a su madre, que todavía estaba en Königsberg. En enero de 1940 se casó con Heinrich Blücher.

A comienzos de ese mismo año las autoridades francesas llamaron a la mayoría de los extranjeros de origen alemán para ser deportados. Arendt, junto con muchas otras mujeres, pasó una semana en los terrenos de un velódromo de París. Seguidamente fue trasladada al campo de internamiento de Gurs hasta julio de ese mismo año, considerada como «extranjera enemiga». Tras cinco semanas de internamiento, consiguió huir de Gurs, aprovechando que la vigilancia francesa disminuyó temporalmente debido a la toma de París por la Wehrmacht y su avance hacia el sur. 

Hannah Arendt, su madre y su marido pudieron viajar a Lisboa, donde embarcaron para Nueva York a donde llegaron en mayo de 1941, gracias a la red creada por el periodista norteamericano Varian Fry, que ayudó a unos 2500 judíos escapar de Francia pagándoles el viaje a Estados Unidos con visados ilegalmente firmados por el diplomático estadounidense Hiram Bingham.

La familia vivió inicialmente en un pequeño hotel, gracias a una exigua beca que recibía de la organización de refugiados sionista. En de octubre de 1941 consiguió empleo como redactora en la revista judeo-alemana Aufbau, en Nueva York.

De 1944 a 1946 fue directora de investigación de la Conference on Jewish Relations (Conferencia de relaciones judías) y, seguidamente hasta 1949, lectora en la editorial judía Schocken. De 1949 a 1952 trabajó como gerente de la Jewish Cultural Reconstruction Corporation (JCR), la organización para el salvamento y el cuidado de la cultura judía.

El 26 de julio de 1948 murió su madre, Martha Arendt, durante el viaje a Inglaterra en el Queen Mary. Por encargo de la JCR, Hanna Arendt viajó a la República Federal Alemana en 1949-1950. Durante su estancia, se encontró, de nuevo desde 1933, con Karl Jaspers y Martin Heidegger. 

En 1951 Hannah Arendt consiguió la nacionalidad estadounidense. Arendt había sufrido mucho como apátrida, porque lo consideraba una exclusión de la sociedad humana. La ciudadanía significaba para ella «el derecho a tener derechos».

Realizó un segundo viaje a Alemania en 1952. A partir de ese momento, viajó todos los años a Europa durante unos meses, también a Israel, visitando a amigos y familiares. Las amistades tenían mucha importancia en la vida de Hannah Arendt. Además de su estrecha relación de compañerismo con su esposo, que murió en 1970, Arendt cultivó intensas amistades con, entre otros, Mary McCarthy, Kurt Blumenfeld, Uwe Johnson, pero sobre todo con Karl Jaspers y también, hasta el final, con Martin Heidegger. Esta última amistad con Martin Heidegger tenía un carácter especial; mientras que expresó varias veces de forma despectiva su opinión sobre Heidegger como persona, por ejemplo en cartas a Jaspers del 29 de septiembre de 1950 y el 26 de octubre de 1959, consideraba tanto a Jaspers como a Heidegger los dos mejores filósofos contemporáneos.

A la edad de 47 años, Hannah Arendt consiguió en 1953 una cátedra temporal en el Brooklyn College de Nueva York, en parte gracias al éxito conseguido en EE. UU. con su libro sobre el totalitarismo. En Nueva York trabajó, junto con Martin Buber y otros, para la fundación del Leo Baeck Institut, un centro de documentación e investigación de la historia de los judíos de habla alemana.

En la primavera de 1959 obtuvo durante un semestre una cátedra como profesora invitada en la prestigiosa universidad de Princeton. Fue la primera mujer en enseñar en la institución.

Cuando en 1961 se celebró en Jerusalén el juicio del líder nazi Adolf Eichmann, la revista The New Yorker escogió como enviada especial a Hannah Arendt, que se había dado a conocer en EEUU con su libro ‘Los orígenes del totalitarismo’, y obviamente era una de las personas más adecuadas para escribir un reportaje sobre el juicio al miembro de las SS responsable de la solución final. Los artículos que la filósofa redactó acerca del juicio despertaron admiración en algunos (tanto el poeta estadounidense Robert Lowell como el filósofo alemán Karl Jaspers afirmaron que eran una obra maestra), mientras que en muchos más provocaron animadversión e ira. Cuando Arendt publicó esos reportajes en forma de libro en 1963 con el título ‘Eichmann en Jerusalén’ y subtítulo ‘Sobre la banalidad del mal’, el resentimiento no tardó en desatar una caza de brujas, organizada por varias asociaciones judías estadounidenses e israelíes.

En su libro, Arendt resaltó la rebelión de Eichmann contra las órdenes de Himmler quien, al aproximarse la derrota, recomendó un mejor trato a los judíos, mientras que Eichmann “se esforzó por hacer que la solución final lo fuera realmente”, escribió Arendt. La filósofa dibujó un minucioso retrato de Eichmann como un burgués solitario cuya vida estaba desprovista del sentido de la trascendencia, y cuya tendencia a refugiarse en las ideologías le llevó a preferir la ideología nacionalsocialista y aplicarla hasta el final. “Lo que quedó en las mentes de personas como Eichmann”, dice Arendt, “no era una ideología racional o coherente, sino simplemente la noción de participar en algo histórico, grandioso, único”. El Eichmann de Arendt es un hombre que, engañándose y convenciéndose a sí mismo, está persuadido de que sus sangrientas acciones manifiestan su virtud.
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De 1963 a 1967, Hannah Arendt fue catedrática en la universidad de Chicago y de 1967 a 1975 en la Graduate Faculty de la New School for Social Research en Nueva York.

Tras un primer infarto de miocardio en 1974, retomó sus escritos y la enseñanza y en 1975 tuvo un segundo infarto mortal en su despacho, en presencia de amigos. Las oraciones fúnebres las pronunciaron, entre otros, su viejo amigo Hans Jonas y representantes de sus alumnos

En EE.UU. la honraron con numerosos doctorados honoris causa. También en la República Federal Alemana recibió prestigiosos premios: en 1959 el Lessing-Preis der Freien und Hansestadt Hamburg y en 1967 el premio Sigmund Freud de la Academia Alemana para Lengua y Escritura en Darmstadt. En 1969 la American Academy premió su trabajo con una medalla Emerson-Thoreau. En 1975, el gobierno danés le entregó el premio Sonning por sus aportaciones a la cultura europea.

Arendt se consagra a la reflexión sobre la filosofía política, ya instalada en Estados Unidos, tras la Segunda Guerra Mundial. Dedicó gran parte de sus textos sobre filosofía política a desmontar los totalitarismos. En especial, el nazismo, movimiento que, a su juicio, no sentaba su base en la germanidad, sino en un nacionalismo corrosivo, y que detestaba hasta el punto de calificarlo como una «patología política». En ‘Los orígenes del totalitarismo’ (1951), su obra más reconocida, sostiene que los totalitarismos se basan en la interpretación de la ley como «ley natural», visión con la que justifican la exterminación de las clases y razas teóricamente «condenadas» por la naturaleza y la historia. Otras obras suyas son ‘La condición humana’ (1958), ‘Eichmann en Jerusalén’ (1963), ‘Hombres en tiempos sombríos’ (1968), ‘Sobre la violencia’ (1970) y ‘La crisis de la república’ (1972).

El reconocimiento y el interés de Hannah Arendt por su identidad judía son más bien tardíos. En Nueva York desde el diario de lengua alemana en el que escribe pide la formación de un ejército judío para combatir el nazismo y hacer surgir, de este modo, una conciencia política en ese pueblo —el suyo— que carece de tal. En años posteriores se opone a la idea del Estado de Israel de David Ben Gurión y propone una federación binacional en la que ni los judíos ni los árabes gozarían de un estatuto mayoritario. Sin embargo, su modelo de Estado no es bien recibido y queda como una postura marginal y solitaria.


MAG/02.02.2020